La construcción de aparatos fantásticos para evadir la mano todopoderosa de la enfermedad; la evasión por los caminos nevados de una Islandia tan fría como inmisericorde; el fuego de un infierno que ha carbonizado la desdicha de un mundo de fumadores enceguecidos; el empuje al abismo mediante el recurso de una traición vestida de bondad.
Las diez historias que componen Metales pesados son retazos que han sido arrancados de lo anodino de vidas tocadas por el tedio o los males físicos... Con estos relatos, Barquero continúa una obra narrativa en la que se subvierte la normalidad de las cosas y los acontecimientos nimios, en la que los seres que habitan escenarios cotidianos sufren un cambio salvaje que solo ha sido posible por el toque de un demonio o una palabra. Cuerpos que se adensan con el peso del plomo, bocas que saben a hierro.