En Falosceno, lo pornográfico tiene un estatuto no vulgar, sino artístico tanto como lo erótico. Así las cosas, se comprende que la pornopoesía sigue un rumbo estético, al tiempo que se aúna a propósitos políticos como dinamitar los convencionalismos sociales heteropatriarcales, visibilizar la disidencia y diversidad sexual, criticar a los colectivos LGBTIQ+ y su endodiscriminación, y desestructurar el canon de la poesía.
Ronald Campos López