El Guanacaste siente que poco a poco se alzan las alas de su espíritu y que su influencia en la historia de Costa Rica se hace cada vez mayor y más provechosa. ¡Ojalá así sea! Una vez más la narradora de cuentos populares trabaja en el telar de la historia de un pueblo. De los viejos cuentos saldrán los nuevos, como si dijera: los nuevos proyectos, las nuevas realidades. Porque hay que seguir creando. La cantera es rica y el tiempo exige de los pueblos, si quieren avanzar, la obra del espíritu.