“La novela enfoca, tal como lo hacen otros textos de la Generación 40-50, el tema del agro y la lucha de clases que implica la posesión de la tierra. Es un texto de 1950, inserto dentro de una problemática en la cual las luchas de poder responden a un “estira y encoge” que trae como consecuencia el despojo de los pequeños propietarios, con la complacencia, en gran medida, de las autoridades y el aparato estatal.
El sitio de las abras es en verdad el sitio de las relaciones familiares y del esfuerzo de estos grupos que han luchado para poder abrir un espacio de montaña y construir un futuro. El sitio de la abras corresponde, al fin y al cabo, al sitio de los sueños o ideales, por lo cual no cabe, para la gran mayoría, un porvenir promisorio”.
Óscar Alvarado Vega