“El barrio de Tavares es multicultural, multilingüístico, y lo habitan escritores de todas las épocas y nacionalidades. Uno de los triunfos de la imaginación es su habilidad, a través del lenguaje, para eliminar las barreras del tiempo y del espacio. La “conversación con los difuntos” que Quevedo buscó en su biblioteca tiene lugar diariamente en este barrio, y no requirió de trámites migratorios. Como dijo una vez Marguerite Yourcenar, una posible habitante futura: “Ma patrie sont les livres” (“Mi patria son los libros”). Este podría ser el lema del barrio ilustrado de Tavares”. Alberto Manguel