Encontramos en esta obra una voz poética sobresaliente. El autor inicia el poemario refiriéndose a la casa, y junto con ella a la familia, las hermanas, los padres, los abuelos. A partir de su mundo interior el yo lírico se abisma y reflexiona su relación con su entorno.
La casa, como prologación de nuestro cuerpo y de nuestra psique son los parámetros con que el poeta se adentra en un mundo bañado por la realidad y la irrealidad que, al mezclarse, producen efectos profundos en el lector.