En Hojas furtivas encontramos una poesía intensamente vivida, inspirada en la experiencia de un amor hallado y sostenido en la madurez, con toda la soltura y la naturalidad que el tema, otrora tabú, y hoy reconocido como necesidad vital, impone.
Las interrogantes sobre el otro, el amor, la muerte, el cuerpo, la belleza y el deseo surgen en estos poemas con acentos existencialistas, en los cuales sus emociones son el valor fundamental.
Que el lector sea arrastrado en su lectura por ese cúmulo de sensaciones, vivencias y deseos, es la clara intención de la autora, quien una vez más nos ofrece un poemario concebido a través siempre de una palabra trabajada y cultivada con intensidad y esmero.