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Ricardo Palma, culto y amenísimo escritor peruano, creador del género de la tradición. Nace en 1833 en la ciudad de Lima, Perú.
Efectúa sus estudios en el Convictorio de San Carlos, donde se gradúa de doctor en leyes. Sin embargo no se dedicará al ejercicio de su profesión, sino que decide viajar por casi toda la costa del Pacífico en calidad de contador de barcos de guerra. Entre otros, la goleta 'Libertad', el transporte Rímac, que naufragó en 1885; el bergantín 'Guise' y el barco 'Loa'. Es un periplo que dura varios años, en el que tiene la oportunidad de concer los puertos del litoral de Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. En sus horas libres apuntela su formación clásica con la lectura de la colección de clásicos españoles de Rivadeneyra. Además escribe sus Poesías, publicadas en Lima en el año de 1855. En el ano de 1858 se interesa activamente en el periodismo, y colabora en la Revista de Lima, publicación de ideología liberal, con la que se identifica Palma. En 1860 escribe en 'El Diario', y participa en actividades politicas. Encabeza la campaña contra el presidente Castilla, antiguo liberal que a la sazón se pliega a los intereses de los conservadores. A raíz del fracaso de la conspiración para eliminar al presidente Castilla en ese año de 1860, Palma es desterrado a Chile. Su estada en este país favorece, sin duda, su formación literaria y su evolución política. Con una mayor apertura espritual, consolida su credo liberal y madura sus intenciones literarias. Ello le facilitará, por otra parte, un mejor aprovechamiento de sus posteriores viajes a Europa, sobre todo en lo que respecta a su estancia en España.
En este període de Chile, pues, compone la mayor parte de su libro de versos Armonías ("libro de un desterrado"), que se publica en París en 1865. Colabora asiduamente en Revista del Pacífico, que dirige el conocido escritor chileno Alberto Blest Gana. Justamente en este publicación aparecen las primeras 'Tradiciones' así como algunos estudios de índole histórica. También escribe en la Revista de Sud América de Santiago, de la que llega a ser codirector. Su vida es intensa, no solo en el aspecto literario, sino por sus preocupaciones políticas. Se vincula con escritores de otros países, en especial con los de Argentina, México, Bolivia y Colombia, con los que intenta publicar el 'Parnaso americano', que recogería lo más selecto de la poesía americana del momento. Concluye su libro 'Anales de la Inquisición de Lima', publicado en 1863, y su folleto 'Dos poetas. Apuntes de mi cartera', 1861.
Cambiado el gobierno del Perú, y acogiéndose a la amnistía del presidente San Román, Palma regresa a su patria a fines de 1863. Posteriormente es nombrado cónsul general del Perú en Brasil, con residencia en Pará. Solo que lo riguroso del clima le obliga a renunciar. Aprovecha la coyuntura para emprender su viaje a Europa. Parte de Panamá y visita Londres, algunas cuidades de italia, Bruselas, y desde luego, París, done radica desde mediados del año de 1864 hasta los inicios de 1865. Durante su estancia en París se relaciona con las más famosas personalidades del mundo de la poesía y de las artes. Algunas lo subyugan, otras lo desilusionan, como le acontece con el poeta Lamartine, uno de los idolos de su adolescencia y que, ahora, al cabo de los años y en su relación personal, lo decepciona. Quizá todo esto le permite depurar su efervescente romanticismo de la primera época, no solo del citado poeta, sino de Victos Hugo, cuyo poema 'La leyenda de los siglos' traduce al español. Hace conocimiento con los poetas Leconte de Lisle, Catulle Mendés, así como con Gautier, Banville y Baudelaire, que tanto signifacarían en el posterior movimiento modernista, sobre todo en la versión dariana. A su regreso, se encuentra en Nueva York con el poeta colombiano Rafael Pombo. Por este tiempo se ha producido la finalización de la guerra de Secesión norteamericana, y vive los disa tremendos de la muerte de Lincoln.
Ya en su patria, se incorpora al gobieno surgido de la insurrección que culminó con el arribo al poder del coronel Mariano Prado. En el año de 1866 participa en la defensa del Callao, atacado por la flota española.
hacia 1868, derrotada la dictadura de Prado, asume el poder el coronel Jose Balta, quien le confía a Palma el despacho de su secretaría particular, puesto en que el escritor permanece por espacio de cuatro años. Al mismo tiempo es senador por el departamiento de Loreto. Pero a raíz de los sucesos políticos del año de 1872, que dejan como secuela el asesinato del presidente Balta, Palma se aleja de la politica y se concentra en sy labor literaria. Por este año publica la primera serie de las 'Tradiciones Peruanas', y un conjunto de articulos en 'El Correo del Perú'. Ya para entonces ha contraído matrimonio con Cristina Román.
Firmada la paz con Chile en 1883 se constituye un nuevo gobierno peruano. El general Iglesias nombra a Ricardo Palma director de la Biblioteca Nacional. Ello equivalía a la total reorganización de la biblioteca, dotarla de libros con un precario presupuesto, circunstancia que convierte a Palma en un bibliotecario mendigo, pues constantemente solicita libros a organizaciones extranjeras, y aun a sus amigos, próximos o lejanos. En 1892 viaja a España, lleva la representación de su gobierno a las fiestas conmemorativas del cuarto centenario del descubrimiento de América. Concurre a las tertulias en la casa de la novelista Emilia de Pardo Bazán, asiste también a la tertulia en la casa de Juan Valera. Cuando retorno a su patria, se detiene en Barcelona, y atiende la publicación de una colección completa de las 'Tradiciones Peruanas', a cargo de la editorial Montaner y Simón (1893). En su travesía hace escala en Puerto Rico, Cuba y Panamá. Ello le permite conocer a singulares figuras como las de José Varona, Delmonte y Rafael Montoro. Muchos de los aspectos de estos viajes, los relata en sus 'Recuerdos' y en su 'Epistolario', así como en su relato, apretado de curiosos detalles, Recuerdos de España.
En 1912, un año después de la muerte de su esposa, debido a ciertas divergencias con su gobierno, renuncia al cargo de director de la Biblioteca Nacional, y es sustituido por el prestigioso escritor Manuel González Prada. El 6 de octubre de 1919, muere en Miraflores, cerce de Lima.